Quien admira la literatura fácilmente admirará a Borges. Una manera apropiada de recordarlo es rememorar los momentos que le fueron gratos y las actividades que más quiso. Por eso fue que decidí abrir este café, para que su espiritu tuviera un sitio en el que se sintiera cómodo y entre amigos, para los que varios de sus temas son todavía tema de conversación y regocijo.
Espero que hablando de Borges y los libros que tanto quiso, escuchando tangos y tratando de entender este mundo en que vivimos, y que Borges nunca conoció, pasemos un buen rato, porque de eso se trata una tertulia, en cualquier café que merezca ese nombre.
lunes, 3 de noviembre de 2008
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